Las implicaciones de fallar en la selección de altos directivos son significativas y costosas, como recientemente analizábamos en Selección de directivos: ¿Por qué fallar no es una opción?, si bien la otra cara de la moneda es medir el éxito en un proceso de selección de altos directivos. Hacerlo será esencial para evaluar la eficacia de la estrategia de reclutamiento y asegurarse de que se están contratando los líderes que realmente aporten valor a la organización.

Pero ¿cómo se mide el éxito en este tipo de procesos?

  • Adecuación al perfil. Uno de los indicadores clave de éxito es la capacidad del candidato para cumplir con el perfil deseado para el puesto. Esto implica analizar si el candidato posee las habilidades, la experiencia, la educación y los valores culturales que la organización busca en un líder.
  • Rendimiento en el puesto. El rendimiento del nuevo directivo en su puesto es una medida crítica de éxito. Esto se puede evaluar mediante la revisión de sus logros, la consecución de metas y objetivos, la retroalimentación de sus subordinados y colegas, así como el impacto positivo en la empresa en términos de crecimiento y rentabilidad.
  • Retención a largo plazo. La capacidad del directivo para mantenerse en la organización a largo plazo es un indicador importante de éxito. La rotación frecuente de altos directivos puede ser costosa y disruptiva para una empresa, como veíamos en por qué fallar no es una opción. Un proceso de selección exitoso debería llevar a la contratación de candidatos que estén comprometidos a quedarse y crecer dentro de la organización.
  • Contribución a la cultura corporativa. Evaluar cómo el nuevo directivo se adapta a la cultura corporativa de la empresa es fundamental. El éxito no solo se mide en términos de logros individuales, sino también en cómo el líder contribuye a fortalecer los valores y la cultura de la organización.
  • Desarrollo del equipo. Un buen directivo no solo logra resultados por sí mismo, sino que también puede desarrollar y liderar equipos de alto rendimiento. Medir el éxito en términos de cómo el nuevo directivo ha influido en el desarrollo y el rendimiento de su equipo es esencial.
  • Impacto en la estrategia empresarial. Evaluar si el directivo ha contribuido de manera positiva a la ejecución de la estrategia empresarial y a la consecución de los objetivos a largo plazo es un indicador clave de éxito.
  • Feedback de las partes interesadas. Obtener retroalimentación de diversas partes interesadas, como el consejo de administración, los accionistas, los empleados y los clientes, puede proporcionar una visión completa del éxito del directivo en su puesto.
  • Evaluación del proceso de selección. El éxito en la selección de altos directivos también se mide por la eficacia del proceso de reclutamiento en sí. Esto incluye evaluar si el proceso identificó candidatos adecuados y si se cumplió dentro de los plazos y presupuestos previstos.

Por tanto, el éxito en un proceso de selección de altos directivos se mide a través de una combinación de factores que van más allá de la contratación inicial y se centran en el impacto a largo plazo que el directivo tiene en la organización. La medición del éxito debe ser una parte integral de la estrategia de una empresa y debe estar alineada con sus objetivos estratégicos y su cultura organizacional.

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Carlos Recarte

Socio fundador de Recarte & Fontenla. Más de 20 años en consultoría de executive search y desarrollo directivo, en renombradas firmas como Korn Ferry-Hay Group, Garrigues Human Capital y Overlap, liderando proyectos para grandes corporaciones y empresa familiar en diversos sectores.