«Cuando se habla de ‘uberización’ del mercado laboral, los expertos sacan a colación los empleos por encargo, management as a service -en el caso de los directivos y mandos-, freelance, autónomos, o simplemente la consecuencia natural de una nueva reorganización empresarial», expone la periodista Montse Mateos quien habló con nuestro socio director Carlos Recarte sobre este concepto para un reportaje que tituló: Mucho más que teletrabajo… aquí está la ‘uberización’ del empleo.
A partir de sus preguntas explica que «las empresas reorganizan su oferta frente a una demanda híperpersonalizada, cambiante e incierta. Para los trabajadores es una manera de poner en el mercado competencias superespecializadas para las que no hay una demanda constante y para las que puede haber demandantes con muy distintas capacidades de pago». Por otra parte, Carlos Recarte advierte de que «para los trabajadores es también una oportunidad de elegir el tiempo que dedican a esas actividades. El lado positivo es una mayor eficiencia y productividad. El lado negativo, una fuerte erosión de la vivencia de la empresa como una comunidad con un propósito y unos valores claros».
Los profesionales que encajan en esta forma de trabajar son profesionales muy especializados, con gran orientación a la tarea y orientados a objetivos concretos y metas claras.
¿Retribución?
Carlos Recarte está convencido de que «los trabajadores serán cada vez más exigentes en materia retributiva y para poder decidir quién más es enrolado para la tarea. Esto favorece esquemas retributivos más complejos. En ellos las disparidades dentro de un mismo equipo se reducirán y se ampliarán entre los grandes equipos y el resto. Los profesionales adquirirán un nombre y una marca propia rompiendo con la actual preponderancia casi absoluta de las organizaciones en cuestión de marca».
Desde su visión, las empresas tienen que reorientar su enfoque. Hasta ahora ven en la uberización ante todo una forma de controlar costes. De cara al futuro, han de plantearlo como una manera de favorecer el tener el mejor equipo para cada proyecto en todo momento. El orgullo de pertenencia tiene que pasar a estar algo menos fundamentado en la empresa y más en cada equipo que esa empresa sea capaz de reunir para la misión.
Habrá uberización entre los trabajadores más especializados y también entre los que fundamentalmente venden su tiempo. La diferencia es que, en unos casos, la remuneración tenderá a elevarse y en el otro, presionará a la baja las remuneraciones.
Cazatalentos en los nuevos tiempos
Todos aquellos sectores donde el conocimiento ya sea relevante participarán de la uberización laboral. Esto nos lleva sobre todo al mundo de los servicios, consultoría, despachos… también en el sector tecnológico, sector farmacéutico, sector médico/hospitalario, sector industrial (automoción, sector aeroespacial, sector energético…), empresas de gran consumo…en fin, afecta prácticamente a todos los sectores.
En cuanto a los perfiles profesionales serán los que tengan un mayor componente de conocimiento y especialización. Desde luego posiciones estratégicas, de I+D, Desarrollo de Negocio, Direcciones de producto, y en general todas aquellas posiciones que trabajen con proyectos complejos: ingenieros, programadores, diseñadores, abogados.
En suma, el gran salto se producirá en los ámbitos más especializados y donde el conocimiento sea más determinante y también donde pese más la innovación.
Como cazatalentos, Carlos Recarte es muy consciente de que las redes reducirán el papel de los intermediarios no especializados: «La excepción a este fenómeno es probable que sean los profesionales de las administraciones públicas». Sobre los representantes de los trabajadores dice que tendrán que reorientarse, «adaptarse a una situación en la que los trabajadores exigirán ser considerados de forma personalizada. Es previsible que los representantes sindicales pierdan relevancia entre los trabajadores en cuyas actividades tengan un mayor peso habilidades escasas y tareas de un alto componente intelectual».