«El sénior tiene experiencia, transmite conocimientos, inspira a los jóvenes y favorece la relación intergeneracional». Es la visión de mi socio Andrés Fontenla, que como expone al periodista Tino Fernández en Por qué los sénior son profesionales esenciales, en Expansión, el escenario que se adivina «requiere mucho aplomo», y el talento sénior será cada vez más apreciado, porque implica más equilibrio personal y profesional, y credibilidad para emprender nuevos proyectos.
Para Andrés – y no puedo estar más de acuerdo con él – el talento sénior siempre ha sido crítico, ya en los años duros de la gran crisis de 2008 se alineó sin fisuras por el valor de la experiencia más allá de la edad. Con hashtags como #BievenidosLos50 en Recarte & Fontenla, search, se apostó decididamente por destacar el valor de la seniority. «Recuperar el talento senior es sabiduría en acción que reportará grandes beneficios a las organizaciones y a ellos mismos. Carece de sentido penalizar el talento por una cuestión de edad, sobre todo porque las más altas cumbres de la excelencia raramente se alcanzan a los 35, ni siquiera a los 45 años, sino más bien a partir de nuestra quinta década».
Como destaca, su reflexión se encamina a poner al descubierto, airear, la seniority de los líderes de todos los ámbitos que han hecho de sus vidas profesionales auténticos casos a seguir. No hay nada más inspirador en el trabajo que una persona ejemplar, la cual puede encarnarse fácilmente en la seniority del jefe o bien en cualquier otro interlocutor de más edad que la rueda de la fortuna laboral te ha puesto de cerca.
¿Qué capacidades y aptitudes les hace más atractivos para las empresas? El conocimiento y la experiencia en un área que sea crítica para el negocio, unidos a determinadas capacidades como:
- Su actitud: ganadora, positiva.
- Su capacidad de adaptación a nuevos entornos de trabajo sin comparar su situación anterior con la actual.
- Su iniciativa para proponer y liderar proyectos
- Su capacidad de aprender conocimientos nuevos (tecnológicos en muchos casos).
- Su capacidad para abstraerse y saber escuchar, que tiene que ver mucho con la templanza y la seguridad en ellos mismos y con su autoestima.
- Su creatividad y capacidad para innovar… y pensar “fuera de la caja”. Estamos en un momento en el que la innovación es un valor.
- Su capacidad para trabajar en equipos multidisciplinares sin evaluar si un profesional es más o menos joven o tiene más o menos experiencia… en definitiva, sin juzgar
Y es que como apunta Tino Fernández en su reportaje, junto a otros expertos: «los sénior se perfilan como una nueva clase de trabajadores esenciales; una generación con capacidades profesionales especialmente adecuadas para un nuevo mercado laboral marcado por la incertidumbre y nuevas formas de actividad».