«No se puede empezar a negociar jamás amenazando con un me voy de la empresa». Es la visión de nuestro socio director, Carlos Recarte, que junto al periodista Tino Fernández y otros expertos, aportan claves para saber que los portazos dejan huellas en las vidas profesionales difíciles de borrar. Eso sin contar que todos somos reemplazables, tal y como nos recuerda: «Si uno cree que si se va la empresa ésta se va a hundir, debe tener en cuenta que nadie es imprescindible».
La clave siempre es negociar
Nuestro socio aclara que no es lo mismo el ultimátum en una compañía grande, con mucha burocracia, que en otro tipo de organización, para referirse a la importancia que tiene la capacidad de negociación: «Una persona con experiencia y resultados debe negociar bien al entrar en la compañía. Cuando se llega a una cierta posición, uno conoce la empresa y las expectativas. Debe haber una comunicación y una gestión eficaz del talento directivo para retener a la gente, porque el salario solo no vale. Si esa gestión del talento está bien hecha, todo esto se puede y se debe hablar», pero insiste en que «uno no puede negociar en cualquier momento, sino cuando ha alcanzado resultados. Si hay muchos como usted, si hay mucha oferta, su capacidad de negociación es menor. La negociación debe tener lugar en el momento adecuado. Y depende del sector y de la situación de la empresa. Y hay que dejar claras desde el principio las reglas de juego».
Carlos Recarte tiene claro que «si alguien dice que se va, la compañía debería dejar que lo haga. Es una señal de que tiene la cabeza en otro lado, y hay motivos para no fiarse de quien actúa de esta manera, porque es una muestra de que se trata de un profesional que no es capaz de racionalizar las cosas. Hay que agotar antes otros caminos que no sean tensar la cuerda con el ‘me voy'».
Celebridades, los modelos que no se han de seguir
«Si amenaza con irse de su empresa… al final debería marcharse» es el reportaje completo de Tino Fernández en Expansión quien, a raíz de las idas y venidas del futbolista Leo Messi, nos recuerda que «Celebridades de todo tipo y estrellas del deporte (sobre todo del fútbol) nos brindan cada vez con mayor frecuencia y repercusión lecciones de gestión y de cómo actuar en el trabajo. Se trata de auténticos modelos de lo que nunca se debe hacer… aunque sólo ellos pueden hacerlo. La capacidad única que tienen ciertos famosos, deportistas de elite, o celebrities de protagonizar episodios grotescos que pueden presentar cierto paralelismo con la vida laboral real del resto de los mortales no está al alcance de cualquier profesional».

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