Los blindajes no van a desaparecer, es la visión de nuestro socio director Carlos Recarte. Ahora más que nunca las empresas necesitan talento, es lo que habla con Paz Álvarez de Cinco Días. «Cuando sales al mercado a buscar directivos para incorporar a una empresa y los tienes que sacar de otra compañía, les debes ofrecer una compensación para que no pierdan la antigüedad u otro tipo de condiciones que ya tienen donde trabajan. Si no lo propones, no te llevas ese talento. Y uno de los atractivos, además del reto profesional, el salario fijo y los variables, es el paracaídas para que, en caso de que la nueva aventura laboral no prospere, la caída no sea un salto al vacío».
«En algunos casos – continúa – lo que se hace es comprar la antigüedad o garantizar dos años de salario en caso de rescisión del contrato. Tiene que ver con la demanda, pero lo importante es que estas cláusulas no sean abusivas. En cuanto a la indemnización correcta, cinco anualidades es una barbaridad y eso lo hemos visto en algunos contratos, pero un año o dos años de salario está muy bien”.
Según la autora: «Los blindajes en la alta dirección se contienen. Si se comparan los datos de las empresas del Ibex 35, se observa que en 2019 el número de los directivos con coraza disminuyó un 3,7% con respecto al ejercicio anterior: pasaron de 830 a 799. Este dato puede servir para tomar el pulso a una tendencia que, según los expertos, puede poner bajo la lupa este tipo de acuerdos entre los directivos y la alta dirección. Es lo que se conoce con el término anglosajón golden parachute o contrato blindado, el acuerdo entre una empresa y un ejecutivo que establece la remuneración que este va a recibir en caso de rescisión del contrato».
Desde la experiencia y el punto de vista de nuestro socio, los blindajes tienen que ver con la demanda, la única cuestión es que las clausulas tengan sentido tanto para el alto directivo como para la empresa.
- Reportaje completo de Paz Álvarez con más expertos: Los blindajes de la alta dirección, bajo la lupa.