Tiempo de liderazgo en remoto

por | 20 May 2020 | Futuro del trabajo, Gestión del talento, Liderazgo, Opinión

El coronavirus Covid-19 se está convirtiendo en el acelerador de una de las mayores transformaciones laborales de nuestra vida. La forma en que trabajamos, hacemos ejercicio, compramos, aprendemos, nos comunicamos y, por supuesto, dónde trabajamos y cómo lideramos cambiará para siempre, y esto implica que no habrá lugar para el que no se adapte al nuevo formato.

Cuando pase la pandemia, probablemente veremos que los empleados que trabajaron en remoto fueron más productivos durante la crisis. Precisamente, la mayor barrera para su eficacia puede ser la tecnología y / o infraestructura deficientes, razón por la que es prioritario acelerar el desarrollo de una infraestructura tecnológica que pueda soportar tipos alternativos de trabajo.

Aunque pocas organizaciones se sienten preparadas para el trabajo remoto a gran escala, deberán tomar las medidas necesarias para que la experiencia  sea productiva tanto para los empleados como para la organización. Es evidente que no todos los puestos pueden gestionarse de forma remota. Por ejemplo, sería el caso de un director de I+D o un director de producción que no pueden trabajar al cien por cien fuera del sitio.

Teletrabajo, una realidad imparable

Sin embargo, los profesionales que trabajan desde casa a menudo administran su tiempo de forma más eficiente  y no sufren tantas interrupciones innecesarias en la medida en que lo hacen en la oficina. Por todo esto es clave formar  a los directivos en cómo liderar a sus equipos de forma virtual, cómo comunicarse, cómo motivarlos, evaluar sus resultados… De hecho, los ejecutivos se están dando cuenta de que la videoconferencia puede ser mucho más productiva, especialmente para las reuniones rápidas. Sin lugar a dudas están surgiendo modelos híbridos para aprovechar los beneficios de la conexión remota y en persona. De hecho, distintos estudios resaltan cómo los procesos de cambio hacia modelos mixtos de teletrabajo hubieran llevado de tres a cinco años, mientras que los hemos instaurado en menos de dos meses.

Nuevas realidades, sencillamente, exigen nuevas respuestas. Estar abiertos al cambio es inteligencia vital.

Información de interés

From thinking about the next normal to making it work: What to stop, start, and accelerate – McKinsey