No resulta muy original arrancar esta reflexión apelando a la imprevisibilidad del momento histórico que vivimos. En estos días es el mantra que leemos y escuchamos casi en cualquier faceta de la vida. La incertidumbre social, tecnológica, económica y política es lo único fiable. Así que con esta melodía de fondo, ¿cómo podemos construir entornos empresariales sólidos?

He elaborado estas claves a partir de un excelente artículo que me captó de BCG Henderson Institute. Como dicen los autores, al buscar en la biología lecciones sobre resiliencia y adaptación, observamos que los sistemas biológicos evitan convertirse en víctimas del cambio al confiar en seis características:

  • Redundancia: diferentes especies a menudo pueden desempeñar funciones equivalentes. Las empresas pueden volverse más resistentes y flexibles mediante el diseño de fábricas que puedan reutilizarse rápida y fácilmente a medida que evoluciona la competencia empresarial. Este concepto también lo podemos extrapolar a nuestra empleabilidad convirtiéndonos en profesionales resilientes y flexibles que evolucionemos en función de lo que sea competente sin renunciar a nuestros valores. No conviene olvidar que el origen de la vida y la continuidad es la cooperación.
  • Heterogeneidad: en los sistemas naturales, la diversidad permite la adaptación. Las compañías que usan diferentes tipos de contratos y colocan fábricas en varios lugares tienen una mejor oportunidad de evitar la falla total del sistema. Asimismo, la diversidad en los equipos consigue resultados extraordinarios. Hoy no hay duda.
  • Modularidad: así como los cortafuegos pueden limitar el daño de los incendios forestales, las empresas pueden construir redes poco vinculadas que mejoran las posibilidades de supervivencia incluso si falla una subsidiaria. En el ámbito profesional conviene jugar a varias cartas. La especialización es una gran opción sin abandonar la evolución formativa y el aprendizaje continuo.
  • Adaptación: los organismos biológicos evolucionan para hacer frente a nuevos depredadores o climas cambiantes. Las compañías exitosas hacen frente al cambio experimentando y luego amplificando los resultados más exitosos. Las personas con capacidad de transformación se aseguran el éxito en las distintas etapas de la vida.
  • Prudencia: la naturaleza rara vez recompensa el comportamiento imprudente. Sería prudente que las empresas realicen pruebas de resistencia en sus cadenas de suministro para garantizar la viabilidad económica en escenarios difíciles. Igualmente, las personas prudentes en sus decisiones se aseguran vidas profesionales más sólidas.
  • Embebimiento: así como los sistemas naturales están unidos en redes, las empresas operan en ecosistemas empresariales, economías y contextos geopolíticos más amplios. Al adoptar un propósito social, las empresas pueden ayudar a garantizar la estabilidad de estos sistemas más grandes. Sin duda debiera ser una de las grandes responsabilidades de los líderes del siglo XXI.

“La aplicación de estos principios biológicos es un arte que requiere experiencia y juicio. Equilibrar los principios es mucho más difícil que resolver variables conocidas en una ecuación estable. Pero la incertidumbre no debe ser una excusa para la inercia o un sesgo de statu quo. En la evolución biológica, la selección ha favorecido las características que promueven la capacidad de seguir funcionando en entornos cambiantes e impredecibles. Las compañías globales que persisten en optimizar la eficiencia de un diseño familiar y estable, ignorando los cambios en el entorno económico, tecnológico y político, corren el riesgo de convertirse en víctimas del cambio. Por lo tanto, los líderes deberían adoptar nuevas formas inspiradas en la biología para crear organizaciones globales resilientes”, concluyen Martin K. Reeves y Simon Levin, conclusión con la que estoy totalmente de acuerdo, porque como sé y está más que demostrado: “El origen de la vida compleja fue la cooperación”, y es que científicos japoneses han hallado el organismo que explica el origen de toda la vida compleja en la Tierra. ¡Apasionante!

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Carlos Recarte

Socio fundador de Recarte & Fontenla. Más de 20 años en consultoría de executive search y desarrollo directivo, en renombradas firmas como Korn Ferry-Hay Group, Garrigues Human Capital y Overlap, liderando proyectos para grandes corporaciones y empresa familiar en diversos sectores.