Leonardo da Vinci arquitecto, escultor, pintor, inventor, físico, astrónomo, geólogo, geómetra, botánico, alquimista, inventor visionario, ingeniero mecánico, el hombre del Renacimiento por excelencia y uno de los más grandes genios creativos de la historia. Muchos lo consideraron un excéntrico en su época, pero hoy más que nunca podría ser nuestro ejemplo a seguir.
La historia nos ofrece multitud de personas que han demostrado estar en el más alto nivel de capacidad intelectual, artística y emocional a edades consideradas muy avanzadas: Víctor Hugo, Goethe, Platón, Kant, Verdi y Fleming. En todos los casos, el denominador común fue su inmensa curiosidad por dar con una solución creativa a los problemas que se encontraban.
En el año 1900, menos del 30% de una generación llegaba a los 65 años. La edad equivalente hoy estaría entre los 81 y los 91 años, por lo que un individuo de 65 años en la actualidad es bastante más “joven” que otro de su misma edad hace cincuenta años. En definitiva, vivimos más y casi con toda seguridad seguiremos trabajando durante más tiempo del que habíamos pensado. Pero por motivos culturales el factor tiempo nos obsesiona mucho más que en el pasado. Si lo trasladamos a un mundo donde el otrora famoso VUCA (Volátil, Incierto, Complejo, Ambiguo), ha dado paso a BANI, Brittle (quebradizo), Anxious (que genera ansiedad), Non-linear (no lineal) e Incomprehensible (incomprensible), en el que convivimos diferentes generaciones en un mismo entorno con distintas inquietudes, necesidades, motivaciones, y una esperanza de vida cada vez mayor, nos lleva a plantearnos cómo enfrentarnos a este nuevo escenario.
¡Capitaliza tu experiencia!
Vivimos en un mundo en el que el liderazgo personal cada día cobra mayor relevancia. Se acabó echar la culpa a factores externos de todo lo que nos pasa. Es el momento de capitalizar nuestra experiencia y seguir aprendiendo, día tras día, se tenga la edad que se tenga. Quizá el mundo nos esté mandando un mensaje: despertad, soñad, sed valientes y haced realidad vuestros sueños.
La tecnología avanza más rápido que las personas, pero la historia es sabia y nos ha mostrado que, aunque el mundo está en constante movimiento, el ser humano ha sabido adaptarse a través de los tiempos.
Es hora de reinventarse, de innovar, de no juzgar, de mirar al exterior, de no tener miedo a lo desconocido, de aprender, de ser humildes para reconocer que no lo sabemos todo y, sobre todo, de no perder la ilusión por aprender. Aprovechemos la riqueza que ofrece la convivencia de diferentes generaciones en una misma empresa y enfrentémonos juntos al futuro para construir un mundo mejor.
