“La experiencia no es lo que te sucede, sino lo que haces con lo que te sucede”. Aldous Huxley

Son días de resiliencia. La buena noticia es que la llevamos por defecto en nuestro ADN. La historia de la humanidad nos cuenta cómo hemos sabido adaptarnos y evolucionar positivamente desde circunstancias durísimas. Así que no nos dejemos engañar y hagamos lo que mejor sabemos hacer: aprender y crear sociedades mejores apoyándonos en nuestra resiliencia… pero ¿qué distingue a las personas resilientes en el mundo directivo?

Veamos que dicen las investigaciones de Suzanne C. Kobasa y Salvatore R. Maddi sobre la resiliencia en el  mundo del trabajo. Su modelo Hardiness define la resiliencia a partir del estudio de ejecutivos con un gran equilibrio y buena salud a pesar del gran estrés que vivían en sus trabajos. Hallaron lo que denominaros las 3 Cs, por sus siglas en inglés: Commitment, Control y Challenge (compromiso, control y reto).

  • Compromiso – Commitment. En circunstancias adversas se vuelcan  en los acontecimientos que están viviendo, esforzándose por seguir adelante. Tirar la toalla no es una opción para ellos. Son personas conectadas con sus valores y comprometidas con lo que más les importa: sus familias, trabajo, metas en la vida.
  • Control – Control.  Están convencidos de que pueden influir en la evolución y resultados de una situación. Esta  actitud de control tiene que ver con tomar un papel activo. La clave para ellos es valorar las cosas que sí pueden controlar y dejar pasar las que no están a su alcance. La desesperanza no es un rasgo de su carácter.
  • Reto – Challenge. Viven las situaciones difíciles como retos, oportunidades para aprender y crecer. Saben que los malos momentos son parte de la vida, así como las pérdidas, el sufrimiento y el dolor.

Para estos dos investigadores, la manera de cultivar lo que ellos llaman hardiness es reinterpretando la realidad pero de una manera constructiva. En su libro Resilience at Work proponen hacerse las siguientes preguntas: ¿De qué otras maneras puedo ver esta situación? ¿Podría ser peor? ¿Y mejor? ¿Qué pensaría alguien a quien admiro sobre esta situación? ¿Qué puedo hacer para lograr que la situación tenga el mejor desenlace posible?

En síntesis, las personas resilientes viven los reveses como retos y contratiempos de los que uno se puede recuperar. Mantienen una actitud positiva y un fuerte sentido de la oportunidad en momentos complicados. Cuando se encuentran ante cualquier tipo de encrucijada, son capaces de encontrar una forma de avanzar y no se quedan atascadas demasiado tiempo en los sucesos. Por eso son cada vez más los estudios que citan la resiliencia como una de las capacidades fundamentales de los líderes tanto a nivel individual como a la hora de dirigir un equipo.

Precisamente, en Forbes, Joseph Folkman, experto en desarrollo del liderazgo que ha trabajado con grandes organizaciones como AT&T, General Motors o Boeing, presentó las conclusiones de un estudio realizado con más de 500 directivos de alto nivel. Su análisis identifica siete comportamientos que muestran los líderes resilientes, exportables a cualquiera que desee trabajarlos, siendo la forma de construir y aumentar su resiliencia. Veámoslos uno a uno:

  1. Comunican de forma efectiva. En todos los equipos hay personas que actúan de forma individual y no informan sobre lo que hacen. Sin embargo, cuando conducimos en una autopista, todos agradecemos que los otros conductores pongan el intermitente si van a cambiar de carril, ya que nos permite conocer sus intenciones. De la misma manera, los líderes resilientes son efectivos a la hora de comunicar sus intenciones y a la de ayudar a los demás a entender una nueva estrategia o dirección. Una comunicación efectiva ayuda al resto a conocer los cambios, las expectativas y la nueva dirección en la que camina la empresa.
  2. Se dejan aconsejar. Las personas resilientes están abiertas a recibir feedback y a menudo lo piden abiertamente. Además, cuando lo reciben demuestran que se lo toman en serio para mejorar, y es que ese es otro de sus rasgos principales: tienen un fuerte deseo de mejorar continuamente sus capacidades y habilidades. Por tanto, son humildes y se dejan aconsejar durante toda su carrera profesional.
  3. Construyen relaciones positivas y de confianza. Un equipo capaz de sobreponerse a las adversidades solo se puede desarrollar cuando las personas se llevan bien. Al construir un clima de confianza y respeto a las diferencias, los líderes resilientes son capaces de generar equipos potentes que se basan en las relaciones positivas. Puede que un individuo esté deseando hacer un cambio, pero es necesario que haya relaciones positivas en el equipo para que todos los demás apoyen también ese cambio.
  4. Se atreven a asumir riesgos. Las personas resilientes no dudan en asumir riesgos e intentar cosas nuevas. Para la mayoría de los empleados resulta fácil caer en la monotonía del trabajo y hacer las cosas de la misma forma día tras día, pero eso solo sirve hasta que el mundo empieza a cambiar y a exigir a las organizaciones que se transformen si quieren sobrevivir. Los profesionales que desarrollan su resiliencia no tienen miedo a arriesgarse y hacer cambios profundos.
  5. Ayudan a los demás a desarrollarse. Los líderes más resilientes no solo se preocupan por su propio desarrollo, sino que también les interesa el de los que están a su alrededor. La resiliencia es una capacidad imprescindible para afrontar el fracaso, ya que nos enseña a aprender de nuestros errores. Y aquí de nuevo entra en juego la disposición a dar y recibir feedback, que termina configurando un círculo virtuoso. Alguien que se muestra dispuesto a recibir la opinión y el consejo ajeno, a su vez, se esforzará por ayudar a los demás con un feedback productivo, ya que eso es lo que desea para sí mismo.
  6. Se convierten en abanderados del cambio. Como ya hemos visto, los profesionales resilientes están abiertos a adoptar el cambio y son capaces de actuar como líderes de la transformación de sus propias organizaciones. El cambio exige coraje y requiere una visión sobre hacia dónde está yendo una compañía. Por tanto, las personas resilientes abrazan el cambio y animan al resto de la empresa a que cambie también.
  7. Toman decisiones y avanzan. Tomar decisiones siempre es difícil porque nadie tiene todos los datos o es capaz de comprender todas las variables que influyen en algo, pero muchas veces las organizaciones no pueden avanzar si no se toma una decisión. Los líderes resilientes son muy efectivos en este aspecto: si se encuentran ante un reto, deciden y avanzan. Si la elección se muestra equivocada, son rápidos para cambiar de idea y seguir en otra dirección.

A veces puede parecer que el mundo se nos viene encima, como en los momentos más duros durante la pandemia, pero está en nuestras manos hacernos más resistentes y mirar al futuro con optimismo. Los directivos que interiorizan esta idea y desarrollan estos aspectos de forma sistemática, estarán sin duda convirtiéndose en personas más resilientes y preparados para los retos del nuevo entorno aún por vislumbrar.

“No hay nada en el mundo que capacite tanto a una persona para sobreponerse a las dificultades externas y a las limitaciones internas, como la consciencia de tener una tarea en la vida”.  Viktor Frankl