Aunque pensemos lo contrario, parece que los anglicismos que se usan en el entorno laboral no son cuestión de modas y, por tanto, perdurarán. Carlos Recarte, socio director de Recarte&Fontenla, reflexiona sobre este asunto en un artículo en La Razón, haciendo una clara advertencia: se han de aceptar porque el inglés «nos guste o no, es la lengua de los negocios y como tal se ha convertido en la lengua franca de la era de la globalización». Asimismo, asegura que entiende que no es un fenómeno que afecte exclusivamente al castellano, sino que más bien es el inglés el que adquiere ese protagonismo frente a otros idiomas en empresas de todos los países.