La inteligencia artificial y humana tienen que ir de la mano en la búsqueda de talento que se incorpore a las organizaciones. En un reportaje publicado en La Razón, Carlos Recarte valora el uso de esta tecnología emergente en los procesos de selección de candidatos. En su opinión, la IA es muy limitada porque su utilización se circunscribe a realizar tareas básicas o repetitivas. «Los robots limitan la creatividad. Solo actúan para lo que están programados. A las personas nos gusta tratar con personas, por lo que a la hora de elegir un proyecto tendremos en cuenta el aspecto personal, algo que hasta el momento las máquinas no son capaces de manejar. La parte química es por ahora difícil de emular. Pero si algo positivo tiene la IA es que ayuda a discriminar cuando el volumen de candidatos es elevado, permite agilizar procesos y liberar al trabajador de las tareas más tediosas. En definitiva, los robots y algoritmos pueden clasificar y filtrar candidatos en base a una serie de parámetros objetivos, pero el ser humano sigue necesitando ver, sentir, percibir aspectos que un robot a fecha de hoy no puede transmitir».