Saber todo lo que ocurre en su organización o formar parte del grupo que tiene la última información -supuestamente estratégica- acerca de la compañía no es tan necesario ni importante como parece. La transparencia es indispensable, pero llevarla a extremos insospechados o ‘mercadear’ con ella lleva al estrés improductivo y a la ineficacia de quien maneja un material sin valor. En un reportaje en Expansión, Carlos Recarte, socio director de Recarte & Fontenla executive search, analiza el comportamiento de Elon Musk, CEO de Tesla, con sus empleados, a quienes mantiene escrupulosamente informados de las noticias o de las novedades de la compañía. Dice, en este sentido, que las comunicaciones que Musk comparte a la 1,20 de la madrugada lo que hacen es estresar a los miembros de su empresa. Asimismo, «la información igual para todos no es un buen ejemplo de liderazgo. No es lo mismo el comité de dirección (donde se resuelven los problemas) y como no lo son los niveles inferiores, donde hay que ir filtrando. En casos como este lo que se consigue es generar estrés y adelantar cuestiones que luego no ocurren», agrega.

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Carlos Recarte

Socio fundador de Recarte & Fontenla. Más de 20 años en consultoría de executive search y desarrollo directivo, en renombradas firmas como Korn Ferry-Hay Group, Garrigues Human Capital y Overlap, liderando proyectos para grandes corporaciones y empresa familiar en diversos sectores.