En última instancia uno puede opinar sobre la calidad de los órganos de gobierno de una determinada organización mirando a sus resultados. ¡Atención! “Resultados” no siempre equivale a la cuenta de pérdidas y ganancias. En un mundo obsesionado por las finanzas, puede sorprender que algunas de las mejores organizaciones hayan triunfado considerando que el beneficio es la consecuencia de haber hecho bien su trabajo, pero no el objetivo de su trabajo. Las empresas familiares, por ejemplo, muchas veces operan guiadas por un objetivo que combina la defensa de los valores familiares con el éxito financiero.
Cliente último del comité de dirección
La cuestión es entender quién es el “cliente” último ante el que la organización ha de rendir cuentas y definir con precisiones cuáles son sus expectativas. Cada día más y más organizaciones definen su objetivo no sólo en términos financieros, sino de sostenibilidad o contribución a la sociedad.
Pero incluso definiendo de modo amplio lo que significa responder a las expectativas del “cliente” de la organización, no basta con considerar esa única dimensión para considerar si un determinado órgano de gobierno lo está haciendo bien o mal.
Capacidad de trabajo del comité
Otra dimensión muy importante que considerar es la capacidad de trabajo conjunto que esos órganos de gobierno tienen. ¿Por qué? Pues simplemente porque en los grupos humanos las dinámicas sólo se mueven hacia adelante o hacia atrás pero no existe la estabilidad. Es decir, si, por ejemplo, un comité de dirección tiene un bajo nivel de cooperación y trabajo en equipo, lo esperable, si no hace nada para remediarlo, es que la situación vaya a peor con el tiempo y viceversa. La mejora en la capacidad de trabajo conjunta es un elemento necesario para la sostenibilidad de los resultados en el futuro y, lo que es más importante, cuanto más mejore esta capacidad más probable será que también mejoren los resultados.
Calidad de la experiencia individual
Finalmente existe un tercer elemento a considerar cuando juzgamos si un comité de dirección o un consejo de administración son buenos o malos y este tiene que ver con la calidad de la experiencia individual de cada uno de sus miembros. Si los miembros de ese órgano de gobierno consideran que su experiencia en el trabajo no les satisface, lo lógico es que con el tiempo quieran abandonar el grupo o, en el peor de los casos, vayan limitando el nivel de sus aportaciones para evitar roces y conflictos.
Por el contrario, un comité o un consejo en el que hay un clima positivo, que revitaliza a sus miembros, tenderá a actuar como un imán para atraer el mejor talento y para estimular a sus miembros a dar lo mejor de sí mismo en el trabajo.
Mide la calidad del comité o consejo de tu empresa
¿Quieres medir la calidad del comité de dirección o del consejo de tu organización? Valora del 1 al 5 (1 significa totalmente en desacuerdo y 5 significa totalmente de acuerdo) las siguientes afirmaciones:
- Nuestro comité/consejo responde plenamente a las expectativas de nuestro “cliente”
- Nuestro equipo experimenta una mejora progresiva en su capacidad de trabajo conjunto
- Los miembros del equipo encuentran que el trabajo en el comité es altamente satisfactorio y que la experiencia les aporta valor personalmente