En el vasto escenario empresarial, donde las luces a menudo iluminan a aquellos en roles de primera línea, existe un grupo de profesionales cuyas contribuciones, aunque menos visibles, son igualmente fundamentales para el éxito de cualquier organización. Hoy, quiero poner el foco sobre aquellos que operan en segundo plano, roles que podríamos considerar los pilares ocultos de las empresas.
Estos profesionales, a menudo comparados con los centrocampistas en el fútbol, no siempre se llevan los aplausos que merecen. Aunque recientemente jugadores como Rodri han ganado reconocimiento con premios como el Balón de Oro, muchos en posiciones similares en el ámbito empresarial permanecen fuera del foco principal.
Sin embargo, su impacto es enorme: trabajan en silencio, meticulosamente, asegurando que cada detalle contribuya al funcionamiento fluido del conjunto. Sin ruido ni aspavientos, están detrás de los éxitos.
En áreas como el personal de emergencias, voluntarios, (como hemos vivido estos días), y roles administrativos o de soporte técnico, estos profesionales están acostumbrados a no tener visibilidad, ni a buscarla. Sus tareas, aunque cruciales, no siempre son conocidas ni reconocidas por el gran público ni por los medios. Pero la realidad es que, sin su labor constante y dedicada, muchos de los servicios y comodidades que damos por sentados simplemente no podrían existir.
Éxito = trabajo en equipo
El trabajo de estos individuos es un recordatorio constante de que el éxito es realmente un esfuerzo de equipo. Cada rol, sin importar cuán detrás de las cortinas opere, es vital. Un buen líder reconoce esto y sabe que el compromiso y el sentimiento de pertenencia se fortalecen no solo a través del reconocimiento de los éxitos visibles, sino también valorando a aquellos cuya labor es menos aparente.
Por eso, hoy quiero dar importancia y reconocimiento a estos profesionales que, aunque acostumbrados a no necesitar aplausos externos, mantienen una motivación interna que es la verdadera fuerza detrás de su compromiso. El reconocimiento externo, aunque no esencial para su continuo rendimiento, es sin duda merecido y es un poderoso catalizador para fomentar un ambiente de inclusión y valoración en toda la organización, tal y como hablaba hace tan solo una semana.
Al celebrar a estos trabajadores esenciales, no solo destacamos su importancia, sino que también promovemos una cultura empresarial más integradora y justa, donde cada contribución es reconocida y cada esfuerzo valorado.