Ante una situación económica muy adversa, pasado el shock inicial, la pyme española se ha lanzado a explorar todas las posibilidades de los mercados internacionales. Se ha lanzado a la aventura. Los emprendedores españoles se han atrevido a soñar y a poner en práctica todo lo que sabían, sus mejores competencias, que por los datos recientes sin duda las tienen y son prometedoras.