A nuestros ancestros les llevó 10.000 años pasar de ser cazadores recolectores a convertirse en granjeros. Pero el ritmo del cambio es muy distinto en nuestros tiempos.
En el año 2018 el estudio de Bain & Company Labor 2030: The Collision of Demographics, Automation and Inequality pronosticaba que para finales de la década de 2020-2030 la automatización habrá eliminado el 20-25% de los puestos de trabajo. Y recientemente el World Economic Forum, en su informe The Future of Jobs Report 2023 pronostica que en 2027 el 42% del trabajo lo harán las máquinas. Según los modelos de McKinsey Global Intitute, la tecnología hará que el 80% de las personas antes de 2030 habrán experimentado cómo la tecnología les ha arrebatado el puesto de trabajo o ha hecho que su salario disminuya.
No sé si estas predicciones son correctas o no, pero cualquiera que trabaje con una licencia de IA se habrá dado cuenta del impacto brutal que tiene sobre nuestra forma de trabajar: cosas que antes nos llevaban horas, se hacen en segundos.
Ray Kurzweil, futurista e inventor, es conocido por sus predicciones sobre la singularidad tecnológica, y sobre el momento en que la inteligencia artificial superará la inteligencia humana y cambiará profundamente la civilización. Según Kurweil la singularidad ocurrirá aproximadamente en 2045. Kurzweil en su reciente libro “The Singularity is nearer” tiene una visión del futuro que podría cambiarlo todo. Para él, la tecnología está en camino de alcanzar algunos hitos impresionantes: IA a nivel humano, fusión entre máquinas y humanos, mayor esperanza de vida y, en definitiva, un progreso imparable.
Ahora pregúntate: ¿A qué velocidad voy a tener que cambiar yo? ¿Cómo lo voy a hacer?
John Seely Brown, un brillante pensador especializado en el impacto de la tecnología sobre el trabajo, usa una metáfora poderosa para describir cómo ha cambiado el mundo laboral. Antes, el trabajo era como un barco de vapor, avanzando de forma predecible en aguas tranquilas. Luego, se convirtió en un velero, que depende del viento y requiere adaptación constante a los cambios. Ahora, Brown dice que el trabajo es como una canoa en aguas rápidas, donde necesitamos ser extremadamente ágiles y rápidos para adaptarnos a entornos caóticos y en constante cambio. En este contexto, la habilidad clave es aprender a adaptarse en tiempo real a lo inesperado, más que planear de antemano.